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Frutos

En un pequeño pueblo rodeado de frondosos campos y huertos, vivía una joven apasionada de la fotografía y encontraba inspiración en la belleza de la naturaleza que la rodeaba. Un día, mientras exploraba el mercado local, descubrió una caja de frutos exóticos y coloridos que nunca antes había visto. Intrigada por su aspecto único, decidió comprar la caja y llevarla a su estudio de fotografía improvisado en casa. A medida que tomaba más y más fotos, notó algo extraño.

Al revisar las imágenes en su ordenador, descubrió que algunos de los frutos parecían cambiar de forma y color. Uno en particular, un pequeño fruto dorado, mostraba diferentes patrones cada vez que lo fotografiaba. Decidida a desentrañar el enigma, Clara decidió fotografiar el fruto dorado en diferentes momentos del día y en distintos ambientes. Pasó días enteros capturando su belleza cambiante, tratando de encontrar una pista que la llevara a descubrir su origen y propósito.

Finalmente, mientras analizaba las fotos, notó un patrón. Los cambios en el fruto estaban relacionados con la luz y el entorno. Parecía responder a las variaciones del ambiente que lo rodeaba, adaptándose y transformándose para sobrevivir.

Emocionada por su descubrimiento, decidió compartir su hallazgo con el mundo. Publicó sus fotos y la historia detrás de ese fruto misterioso en su blog de fotografía.